A veces, una persona se siente físicamente mal sin un motivo aparente. Manifestando cansancio, dolor de cabeza, problemas digestivos o cualquier otro síntoma que le impide estar bien y que parece arrastrar día tras día sin que desaparezca.
Muchas ocasiones los síntomas físicos y enfermedades tienen su origen en nuestras emociones. Lo que quiere decir que necesariamente no tienen por que no ser reales.
Mas bien, significa que tus emociones pueden llegar a enfermarte.
Existe una manera de determinar si una enfermedad o síntoma tiene un origen psicológico. Cuando un malestar es de origen físico (por ejemplo, una contractura tras un esfuerzo físico excesivo), el dolor sigue un curso similar al de una enfermedad aguda típica o alguna herida: el cuerpo reacciona y comienza la curación de inmediato, de modo que vas mejorando día tras día hasta que el problema desaparece por completo en poco tiempo. Sin embargo, cuando es de origen emocional, sigue estando ahí hagas lo que hagas. Tu cuerpo intenta curarse y normalmente hasta se lleva un tratamiento médico, pero no consigues curarte, porque la causa sigue presente, dentro de ti, en tu propia mente. Y mientras no vayas directamente a esa causa, no lograrás hacer desaparecer los síntomas.
Estas causas pueden ser desde estrés, tristeza, rencor, entre muchísimas circunstancias más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario